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Guzmán

¿Ideas sobre el estatuto? (y III)

Lo que nuestros políticos desean a través de los distintos proyectos no está en la Constitución, porque un Ayuntamiento en el que el Pleno no es presidido por su Alcalde, no está en nuestra Constitución, y eso nos haría ser diferentes al resto de municipios de nuestra España, y lo que no se puede dejar de ser es municipio, pues es la base que sustenta la organización del Estado, todo español está censado en un municipio, lo quieran o no nuestros políticos. Nuestros políticos nos quieren transformar en un ente que no es constitucional, una comunidad sin capacidad legislativa, sin asumir las competencias que indica su estatuto, sin separación de poderes o sin un Tribunal Superior de Justicia, un ente alegal que nos haría diferentes a todo municipio español, no podemos estructurarnos de una forma diferente al resto de nuestros conciudadanos, porque esa diferencia daría a nuestros enemigos argumentos legales.

Somos un municipio de 19 kilómetros cuadrados, sólo eso, una ciudad con unas diferencias, sobre todo fiscales, con una situación geográfica que nos aísla del resto de nuestro estado y con escasos recursos para crear una economía sostenible, con sólo 75.000 habitantes y nuestros políticos deben pensar eso, qué somos, no sus sueños de grandeza en los que anhelan acudir a bodas, bautizos y comuniones. La solución es tener un Estatuto de Ciudad, que nos permita gestionar esas diferencias, e integrarnos en la Comunidad Autónoma de Andalucía donde, representados por un número de diputados, podríamos desarrollar esa capacidad legislativa que no tenemos ni tendremos (porque ningún partido nacional está dispuesto a ello) y poder ostentar todas las competencias desde Andalucía. Nuestro régimen fiscal se vería asegurado y nuestra integración en el ordenamiento constitucional estaría garantizada, nuestro Alcalde presidiría el Pleno, seríamos un Ayuntamiento y nuestra capacidad legislativa estaría en el Parlamento andaluz.

Sin embargo, esta posibilidad no se la plantea ninguno de nuestros políticos, ¿por qué? Pues al otro lado del estrecho empiezan a ver esta posibilidad como factible y la integración en sus instituciones no sería muy complicada. Pero claro a muchos se les acabaría el “chollo”, imagínense que en vez de tantos altos cargos que ahora abundan por nuestra Ciudad, solo tuviéramos concejales (sin tanto título pomposo) y algún que otro director general (funcionario por supuesto) qué harían con toda esa corte de vividores. Ese es nuestro problema que nuestros políticos no quieren dejar de vivir de la ubre del Ayuntamiento y para eso si es necesario se inventan puestos y hasta empresas municipales enteras (que por cierto, todas son una ruina, algunas hasta sin ningún tipo de ingreso) con tal de poder colocar a todos sus allegados, así que en ese camino la solución más práctica es que nuestro Alcalde nos haga un decreto en el que a partir de mañana todo aquel que sea mayor de edad sea funcionario y se acabó. Así no hay que inventarse más puestos fantasmas, ni hace falta la Relación de Puestos de Trabajo. Todos a chupar del Ayuntamiento y arreglado, que el Estado nos haga las transferencias para pagar las nóminas y en cinco años ya saben donde nos mandan.

Un poco de cordura es la que deberían tener nuestros políticos y en vez de pedir la luna, adaptarse a nuestra realidad, somos un simple municipio y como tal nos deben dirigir, déjense de imposibles y den a los ciudadanos lo que piden.

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