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Guzmán

Otro día de la Autonomía

Celebramos el día dos de septiembre una nueva festividad del rimbombante “día de la autonomía”, ese día que se han dado los políticos para celebrar la onomástica del Estatuto de Autonomía que la Ley Orgánica 1/1995 aprobaba, un Estatuto del que nuestros gobernantes no han sabido sacarle el jugo en sus diez años en vigor y ya se han entusiasmo con los trámites para cambiarlo. Un nuevo Estatuto que, a un pueblo de 19 kilómetros cuadrados y una 75.000 personas, lo convertirá en toda una Comunidad Autónoma.

Se iniciaron las celebraciones con las disputas por las medallas, no las olímpicas, sino las llamadas de la autonomía: que si tu se la quieres dar a ese señor, yo se la doy a éste, que ahora a personas no, que sólo a instituciones. Luego de llegar a un acuerdo tras arduas reuniones entre los distintos grupos municipales, el Partido Popular (PP) intenta introducir una nueva enmienda que cambie el sentido del mismo, después de una semana de pasión para el portavoz de la Comisión de Presidencia, los hombres del PP recuperan la cordura, volviendo al consenso y premiando por fin la Ciudad, que no el Gobierno, a quienes más se lo merecen.

Después de un año de haber iniciado los “trabajos” para este nuevo Estatuto, seguimos sin ver ni un solo avance en ese proyecto, deben ser estos “trabajos” los famosos de Hércules, pues no se entiende que en tanto tiempo ni siquiera se haya llegado a presentar un borrador a la comisión. Aún así nuestros representantes se empeñan en decirnos que nos convertiremos en toda una Comunidad Autónoma, pero como adelantaba a primeros de año “poco futuro le veo a este nuevo Estatuto si no existe un total consenso entre todas las fuerzas representadas en el Ayuntamiento”, ocho meses han trascurrido desde esas palabras y seguimos en el mismo lugar, sin un nuevo Estatuto, ni sombra que se le parezca.

Pero, si a alguien hay que reconocerle ganas de que nuestro pueblo logre esa “ansiada” (a ver si va nos va a pasar como con los catalanes que menos del 3% cree necesario el cambio de estatuto) condición de Comunidad Autónoma, es al Partido Socialista Obrero Español (aclaro porque al otro poco podemos agradecer), con un gobierno socialista se conseguía aprobar el actual y un gobierno socialista ha abierto la puerta para que se pueda acceder a esa soñada condición de Comunidad Autónoma. A pesar de la bravuconada del diputado popular D. Francisco Antonio González Pérez (que creo que sigue siendo diputado, pues en la página del Congreso sale su ficha como activo, o sea, que sigue cobrando) soltaba desde su escaño: “porque hemos dicho, y lo repito desde esta tribuna, que el Grupo Popular no renuncia, bajo ningún concepto- cuando el devenir político cambie y cuando la estructura de esos bancos azules cambie también- a aplicar en un futuro la transitoria quinta”.

Y cambiaron, vamos que si cambiaron, durante ocho largos años se produjo el silencio absoluto, quizás los primeros cuatro años, con eso de tener que hablar el catalán en la intimidad (t’estimo ampolleta meva(*), supongo que diría) les impidió aplicar la transitoria quinta, y claro, ya con la mayoría absoluta a ver quien le decía algo a nuestro Aznar Imperator, como para atusarle el bigote con eso de la transitoria quinta, con lo poco que le gustaba la Constitución. Pero igual de callados permanecieron esos que se proclaman ahora los mayores defensores de la autonomía, los que cuelgan carteles en su caseta solicitando la autonomía, los que se declaran representantes del verdadero pueblo ceutí (los del Ayuntamiento deben haber sido votados por gentes de otros lugares) ¿dónde estuvieron durante esos largos ocho años? Ahora que un gobierno socialista (obrero español, no se vayan a confundir) da la posibilidad de convertirse en una Comunidad Autónoma, ¿van a arremeter como iluminados contra esa posibilidad o solo aspiran a vivir de ideas? ¿Qué ocultos intereses hay en esa renovada fe autonomista de este grupúsculo, que hasta es recibido por el Alcalde como si fueran uno de los mayores grupos municipales y no recibe a Izquierda Unida, de la que le separan escasos votos? ¡Ay! esas pinzas.

Sin embargo tras las reuniones que los partidos nacionales tendrán en septiembre, vendrán con la lección bien aprendida, y ya verán como seguirá sin convocarse la Comisión para la Reforma del Estatuto, vaya a ser que se vean en la obligación de tener que presentar un Estatuto que no convenza a nadie, así que esta reforma seguirá durmiendo el sueño de los justos. Y con lo bien que estaríamos integrados en Andalucía.

(*) te amo botellita mía.

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